Esta pequeño animal es una de las dos especies de geckos que podemos encontrar en la península ibérica que, junto a las cuatro especies endémicas de las Islas Canarias sumarían las seis especies totales localizadas en España.
Se trata de un reptil robusto y rechoncho, con una longitud de 8-9 cm. de hocico-cloaca siendo la especie de gecko de mayor tamaño del continente europeo. Presenta un color variable entre gris y beige que puede variar según la localidad, estado del animal o momento del día en el que se encuentre, ya que por la noche tenderán a oscurecerse y durante el día a tornarse de color más claro.
La cabeza es ancha y aplanada y a lo largo de todo su cuerpo y cola presenta unos tubérculos que le hace presentar un aspecto rugoso. Poseen unos grandes ojos grisáceos en los que observamos una pupila vertical, propia de los animales nocturnos.
Las extremidades son cortas y presentan uñas sólo en los dedos tercero y cuarto, lo que las diferencia de la salamanquesa rosada (Hemidactylus turcicus) que presenta uñas en cada dedo. En los dedos podemos observar unas series de laminillas adhesivas formadas por miles de cerdas y éstas, a su vez, ramificadas, permitiendo que estos increíbles animales puedan adherirse y trepar por las superficies más lisas, resbaladizas y verticales que podamos imaginar.
Presentan dimorfismo sexual, observándose un mayor tamaño en el macho. Durante la época de apareamiento los machos se vuelven muy territoriales y emiten vocalizaciones que pueden ser devueltas por las hembras. Las puestas suelen ser de 1 o 2 huevos que son depositados en grietas, agujeros en árboles, bajo piedras... El tiempo de incubación puede ser variable pudiendo alcanzar las 14 semanas. Tras este periodo los crías saldrán al exterior con un tamaño de 4-6 cm del hocico hasta la cola.
La salamanquesa común se alimenta de insectos y otros pequeños seres que atrapa acercándose lentamente a ellos y posteriormente lanzándose como un rayo hacia ellos.
Se distribuyen ampliamente por toda la región mediterránea y norte de África e Israel. Habita generalmente en zonas costeras llanas, cálidas y secas, pero se han extendido de manera efectiva por el interior de algunas áreas como en la península ibérica, donde podemos encontrarlas en zonas urbanas en fachadas de edificios, cerca de farolas donde capturan insectos que son atraídos por la luz, e incluso dentro de los hogares. Ocasionalmente también pueden observarse en árboles. Son de actividad nocturna aunque suelen asolearse durante el día en las épocas más frescas del año.
Seguramente debido a la cercanía cotidiana que tenemos con estos animales, se han vuelto protagonistas de varios mitos y leyendas que en ningún caso son ciertos y que llegan a causar el pánico en ciertas personas, persiguiendo y matando a estos indefensos animales. No podrán escupirnos veneno y dejarnos ciegos, comerse nuestra ropa al meterse en los armarios o mordernos mientras dormimos. Como mucho, podrán darse un atracón con esos molestos mosquitos e insectos que hacen que no podamos conciliar el sueño ciertas noches, por lo que contamos con un aliado perfecto al que admirar cuando tengamos la suerte de tenerlo cerca de nuestras viviendas.
Comentarios